Evitar las desvaloraciones internas, las respuestas automáticas o aprendidas, atreverte a pedir ayuda o preguntarte quién tiene el problema, te ayudarán a salir de este ‘juego de poder’.

Ser más abierta y más directa te abrirá una nueva forma de ser feliz, sin ser perfecta. ‘Auténtica’ y feliz sin peajes ni limitaciones.

Walter Riso expone que todos tenemos derecho a dudar, a equivocarnos, a valorar nuestras cualidades e incluso a ponernos tristes ‘de vez en cuando’. No hay que maltratarse ni culpabilizarse por no ser como ‘deberíamos ser’.

¿Qué es para ti ser perfecta? ¿Necesitas que tu vida sea perfecta?

¿Quién te puntúa cómo hija o como madre?

¿Cuál es la lista de la pareja perfecta?

¿Te permites ser tú misma?

 

Bendita imperfección ¿Qué quieres conseguir? –recuerda que la perfección sólo existe en tu cabeza-

Pregúntate si ¿prefieres rodearte de personas perfectas o felices? A veces rebajar nuestras expectativas y basar la vida en disfrutar de nuestros amigos, en lo que la vida nos enseña, el tiempo libre o simplemente ‘ser’…,  nos enseña a fluir.

No te engañes, fluir es … sencillamente disfrutar de cada momento, de cada cosa, dando lo mejor de ti misma. Siendo tú, auténtica.

Y, si aún después de todas estas preguntas no eres feliz, sin ser perfecta… pregúntate ¿Qué gano siendo la hija, la compañera o la madre perfecta?

La perfección no es más que una quimera, algo inalcanzable. La vida es maravillosa para quien se deja llevar, para quien sabe apreciar.

La vida no necesita que seas perfecta, sólo que seas verdadera, auténtica