• callas tu opinión para ser amable y agradar a los demás;
• haces favores para recibir afecto a cambio;
• no sabes decir no y, para no sufrir, antepones a los demás a tus necesidades;
• necesitas la opinión de los demás para sentirte bien, y si es distinta a la tuya, te sientes mal;
• Vives intensamente las relaciones y te las arreglas para ponerles fin;
• Cuidas al máximo tu imagen hasta el punto de no dejarte ver recién levantada;
• tienes miedo a ser rechazada…

Mira en tu interior y pregúntate si te sientes o te sentiste ‘abandonada’ por tu madre, si temes la ‘soledad’ o bien, si te ocultas tras la máscara de la ‘dependencia’ de tus padres, hijos, amigos, parejas…

El sentimiento de abandono en el mundo de un niño puede surgir simplemente porque nació un hermano/a, porque alguien enfermó, porque algo ocurrió que se llevó la atención que yo necesitaba…, y en nuestra visión de niño sentimos que no recibimos el amor y la aceptación necesaria.

A veces no nos damos cuenta, y muchos de estos comportamientos están enraizados en creencias y en heridas de la infancia que hoy no tienen sentido si quieres vivir desde el Adulto. Desde tu Autonomía. Aceptando tus emociones, en continuo desarrollo, avanzando y disfrutando de la vida.

Atrévete a pedir colaboración, sal de tu rol y acepta que:

• Los demás no están en posesión de la verdad,
• No puedes gustarle a todo el mundo,
• Tus decisiones son las mejores para ti,
• Tomas decisiones que puedes cambiar porque nada es irreversible excepto la muerte,
• La crítica o la opinión distinta a la tuya no es rechazo, simplemente es un gusto o percepción distinto al mío,
• nadie hace por mí, lo que yo no haga…

Ser auténtica es ser tú sin buscar la aprobación exterior

Trabaja tu autoestima y acepta las diferencias