Para llegar a las respuestas es interesante trabajar desde una mente abierta y una visión sistémica. Desligar nuestra vida laboral de nuestra vida personal es irreal. No somos 2 personas.

• Igual mi jefe me ningunea…, la pregunta podría ser ¿quién más me ningunea?
• Igual mi compañero me habla mal…, la pregunta podría ser ¿a quiénes permito que me hablen mal? O quizás ¿a quién hablo yo mal?
• Igual hay mal humor…, ¿estoy mal humorado en mi vida? ¿me permito estar de mal humor?

Si tienes compañeros tóxicos, quizás tienes familiares o amigos tóxicos. O bien, quizás vives situaciones o comportamientos tóxicos.

Indaga, y busca respuestas a lo que ves, escuchas y percibes.

Las respuestas a estas preguntas te darán claves para convivir con esos compañeros. Cuando los mires piensa internamente: ‘soy igual que tú’

Lo principal para no entrar en su juego es aceptarlos y no buscar su aprobación. No etiquetes a las personas, sí los comportamientos. Ese jefe o compañero… es padre, hijo o amigo de otras personas que no lo ven, entiende, ni sienten como tú.

Es fácil echar la culpa a otros.

Si tienes claro que no contribuyes al comportamiento tóxico, no lo permites, ni estás arrastrado por él.

Entonces, la pregunta es ¿Qué haces para evitar que esto ocurra?

Es verdad que hay cosas fuera de nuestro control. Si ésta es tu respuesta, cambia de perspectiva.

Cancela tus creencias, no te concentres en el problema, crea soluciones, limita las respuestas, cuídate y dedica tiempo a tu bienestar, marca límites, discute sólo sobre ideas (no personalices), busca ayuda o mediación del departamento de RRHH.

Sé auténtica y asume que ‘eres como ellos’, lo que ves en ellos también está en ti.